22 emprendedoras nos cuentan cómo empezaron su negocio

A veces es necesario parar y mirar atrás para ver cuánto hemos avanzando; le preguntamos a las emprendedoras de la comunidad Victoria147 cómo fueron los comienzos de sus negocios con el objetivo de inspirar a otras mujeres a seguir sus sueños y recordarles a ellas mismas cuánto han avanzado a través del tiempo.

A continuación les compartimos sus testimonios:

“Todo inicio con mi pasión por el maquillaje; desde muy chiquita amaba los cosméticos y siempre me visualizaba “cobrando” en una caja registradora con uñas largas y rojas jajaja, usando muchas pulseras, anillos (muy arreglada) y dirigiendo mi propio salón. Inicié maquillando a mis amigas en mi casa y en sus propias casas, incluso lo llegué a hacer en mi oficina. Siempre tuve super claro la imagen de mi salón; en ese entonces estaba leyendo el “El Secreto”, de Rhonda Byrne y fue como ver la luz, gracias a ese libro descubrí la fuerza de mis pensamientos y palabras. Así que renuncié a un trabajo que no me hacía feliz y le pedí a mi papá que me ayudara a abrir mi salón, así fue como surgió La Doña Beauty Center hace 9 años. No hay día que no agradezca a Dios por este “don” y pida mucha sabiduría, paciencia, paz mental y empatía para ser una fuente de trabajo inspiradora y motivante, mi deseo es que La Doña sea un lugar de belleza donde encuentres un espacio tranquilo y con buena vibra, que te haga sentir poderosa, segura y a gusto en tu propia piel”, Mildred Treviño, fundadora de La Doña Beauty Center , actualmente tiene dos sucursales en Monterrey, una en Valle (9 años) y otra en Valle Poniente (4 meses).

“Había regresado de vivir en Madrid, yo estudié Mercadotécnia, pero decidí empezar con la fotografía de bebés en México, en esa época no estaban de moda este tipo de sesiones fotográficas. Me gasté los ahorros que tenía en equipo y props, asíque tuve que regresar a casa de mis papás en Cuernavaca, pero venía a hacer las sesiones a México con el equipo que cabía en una maleta grande. Eso fue hace ya 10 años, inicié visitando las casas de mis clientes, era un gran reto conseguir fotos consistentes con la luz y espacios disponibles de acuerdo a cada casa. Con el tiempo renté un espacio pequeñito en la Roma y ahora llevo 4 años con mi estudio en la Escandón con todo lo necesario”, Daniela Pacheco, fotógrafa y fundadora deDaniela Pacheco Fine Art.

“Inicié hace 3 años y empecé en la cocina de mi mamá, ahí preparaba mi Shampoo”, Elsy Vizcarra Álvarez, fundadora de Darley Arabian.

“Inicié Esencia Flower Boutique and Events hace 6 años, la señora que nos ayuda en la casa era quien me echaba la mano con los primeros arreglos; no era muy organizada y mi mamá me regañaba porque trabajábamos en la sala de la casa, y tenía todo el desorden ahí. Me acuerdo que los primeros contenidos que subía a redes sociales los borraba y los volvía a subir con diferente filtro para que se vieran diferentes las fotos jajaja ¡qué recuerdos!”, Elva Guajardo, fundadora de Esencia Flower Boutique and Events.

“El 30 de noviembre de 2014 fue mi último día en la empresa donde trabajaba. Estaba en pláticas con un amigo de la carrera (para iniciar nuestro negocio) ya habíamos colaborado juntos anteriormente, así que empezamos a trabajar de forma seria el 1 de diciembre, y a menos de un mes de haber arrancado cerramos nuestra primer venta. Yo estaba por abordar un avión cuando mi socio de ese entonces me marcó para darme la buena noticia, pero para nuestro cliente era importante tener una cotización en hoja membretada con nombre y logo, por supuesto no lo teníamos, así que lo “inventamos” en 30 minutos, el tiempo que tenía antes de abordar al avión. Los primeros años cada quien trabajaba desde su casa, con su computadora: sin muestras, sin showroom, sin fotos, sin nada que realmente validara nuestro trabajo. La única herramienta que teníamos era que nos gustaba hacer bien las cosas y que nuestros colegas arquitectos confiaban en nosotros. Nuestro primer cliente fue un gran amigo y colega, que nos dio las tres cocinas que estuvimos haciendo durante el primer año. De esa confianza y a través de recomendaciones y “boca a boca” fuimos creciendo y decidimos invertir en un nombre y logo que realmente significara algo para nosotros: Vitelier. Nuestro crecimiento entre el 2016–2017 fue del 600% y ahí nos tuvimos que enfrentar a una realidad muy distinta. Nunca hemos invertido en publicidad, seguimos sin tener showroom (aunque ya tenemos una muy linda oficina en la Roma) y estamos muy contentos, pues casi el 80% de nuestros clientes llegan por recomendación”, Estefania Hoth, cofundadora de Vitelier.

“Empecé hace 11 años en una recámara del departamento de mis papás, usaba una computadora prestada y trabajaba en un escritorio que era de mi hermano mayor y tenía olvidado, ahí fue mi primera oficina, empecé con mi esposo y ahora somos una consultaría contable y fiscal”, Blanca Avitia, cofundadora de Lira Avitia Asociados.

“Comencé hace 3 años cuando cursaba el cuarto semestre de la carrera, mis primeras prendas las hice en mi cuarto, que era un departamento de 6x6m en una residencia de universitarios”, Paulina Navarro Hermosillo, fundadora de la marca de ropa Casuelle.

“Nosotras somos Sere Boon, un equipo de 3 mujeres profesionistas que teníamos como sueño común ofrecer a los niños alimentos naturales, sanos y deliciosos a la vez, con ese motivo creamos hace 7 meses un spread de avellana elaborado con solo 5 ingredientes: avellana, cocoa orgánica, leche de almendras, miel de agave orgánica y vainilla de Papantla sin conservadores, ni químicos añadidos. Empezamos a elaborarla en casa de una de nosotras, pero a los tres meses ya la estábamos fabricando en un espacio que pudimos rentar, lo cual fue muy motivante para nosotras, nos dimos cuenta que el producto no solo la compraban las mamás para los niños, si no también veganos, deportistas…Seguimos trabajando en nuestro sueño, ya que todavía falta mucho por hacer”, Sandra Arias, cofundadora de Sere Boon.

“Mercarte nace en abril de 2015, luego de renunciar al que sería mi último empleo como directora de cuentas regional en una importante agencia de publicidad. La idea de fusionar mi profesión como publicista con mi pasión por el arte vino de forma muy orgánica, instintiva y del corazón. Con toda la emoción dejé mi trabajo “estable” dispuesta a afrontar las dificultades de la independencia y tan solo con mi computadora, mi creatividad y el comedor de mi casa”, Cecilia Bernal, fundadora deMercarte.

“Empecé en el 2012 trabajando en el comedor de casa de mis papás, ponía una mesa plegadiza al lado del comedor viendo al jardín para tener “bonita vista” jajajaja y ahí pasaba las horas trabajando en horarios de oficina con mucha disciplina”, Ana Lucia Cepeda Ferrara, fundadorade Bolsa Rosa.

“Yo empecé en la sala y el comedor de mi casa, pesaba el té en un vaso de yogur arriba de una báscula de balancín porque no me alcanzaba el dinero para comprar una electrónica, hacía las facturas a máquina de escribir y entregaba los pedidos yo misma (o mi hijo). Mi esposo compró herramientas de segundo uso porque tampoco alcanzaba para comprar nuevas, mi negocio ha crecido mucho desde entonces y ya llevamos 23 años operando”, Olivia Medina, fundadora de Euro Té.

“Yo inicié mi emprendimiento en el baño jajaja, les cuento: dentro de mi historia hay una parte triste, pero la tengo que contar para que tenga sentido el por qué “empecé en el baño”. Fundé mi empresa en 2009, en ese entonces apenas iniciaba el WiFi; tenía una compu de escritorio para entrar a Internet y un teléfono para hacer llamadas telefónicas, en ese entonces, el papá de mis hijos decidió esconderme el teclado. Y pues sí, vivía bajo maltrato (historia aparte). Entonces, mi hermano me donó una lap y el único lugar donde tenía señal era en el baño. El lavabo se convirtió en mi escritorio, 4 meses después me fui de ahí y un año después estaba en Roma afiliando a la empresa a una asociación mundial. Si se puede cuando se quiere”, Rocío Flores, fundadora de Círculo de Sommeliers de México.

“Yo empecé haciendo jabones en mi microdepa de foránea”, Iliana Loza de Ahal Bio Cosmética.

“Empecé mi academia de porras y acrobacias en un piso prestado para hacer los ejercicios y rentando por horas un salón de danza, de repente me vi cancelando mi crédito hipotecario para comprar mi propio piso y luego renté un lugar propio. Empece con 12 alumnas y después de dos años y medio tengo 80 alumnas y un espacio super amplio. Sin duda una de las mejores decisiones de mi vida”, María José Domínguez Gorostieta, fundadora deStellar Gym.

“Inicié en enero de 2016, acababa de terminar la carrera cuando mi mamá me pidió que le hiciera una crema, así empecé, en el comedor de mi casa con una crema. Fui mostrándola a las amigas de mi mamá y después empezaron a comprarla mes con mes. En septiembre de ese mismo año nació Bialé México, y desde entonces he aprendido de ella. Al entrar a Victoria147 construí un significado y creo que eso es lo más valioso”, Cass Castilla, fundadora de Bialé.

“Después de renunciar al trabajo en el que estuve por mas de 20 años, en mayo de 2017 decidí que podía llevar la vida que siempre había deseado y que era posible materializar los sueños. Me reuní con un grupo de amigos y dijimos va, hagámonos… tuvimos muchos obstáculos, recibimos algunos “no’s”, pero insistimos, empezamos desde cero, literalmente con cero pesos en nuestras cuentas personales, pero con la convicción de que podíamos hacer un modelo de negocio en donde la experiencia y el trabajo especializado fuera nuestra prioridad. Reunimos al equipo de nuestros sueños y actualmente puedo decirles que ha valido la pena. Mi reflexión es nunca es tarde para emprender”, Diana Cristina Garza, de Bioconcept.

“Inicié en diciembre de 2013, divorciada, en banca rota, con dos huevos en el refrigerador y el autoestima por los suelos. Recuerdo que le serví un huevo a mi hija y cociné el segundo y último para mí, pero en eso, mi hija me dice: “me quedé con hambre” claro que le di mi comida, pero no me aguanté las ganas de llorar y fui al baño, ahí una voz me habló: “Bárbara ¡ten un día de huevos! ¡lánzate!”, me limpié las lágrimas y fui a mi computadora, en ese instante abrí el Facebook Coach Bárbara de la Rosa, aún quebrada, aún sin nada en el refrigerador. A seis años de ese día, actualmente somos una escuela online de inteligencia emocional con cientos de alumnos en 13 países ❤ y puedo decir que ese divorcio fue la mayor bendición para descubrir mis dones y talentos que ahora comparto con otras mujeres para desarrollar su inteligencia emocional y lograr vivir plenas y felices, multiplicando el amor en el mundo”, Barbara de la Rosa, fundadora de Entrenando al Corazón.

“Inicié en el 2000 recién graduada de la carrera de Farmacia cuando mi papá me cuestionó que iba a hacer, ese mismo día le dije que me prestara dinero para poner una farmacia. Empecé con un local muy pequeño de 2×2 metros y por falta de experiencia y en menos de 2 meses se me caducaron todos los medicamentos. Así que tuve que empezar de nuevo desde cero. Actualmente cuento un un corporativo con 12 unidades de negocios diferentes, enfocados principalmente a salud”, Magdalena Vázquez, fundadora de Clinical Trials.

“Inicié teniendo dos trabajos: de día en una empresa y de noche diseñando en una mesa reciclada, sentada en la silla de un antecomedor viejísimo como de “abuelita” con un asiento retapizado por mí (con una tela chillante de Parisina y una grapadora vieja jajaja) en mi depa de foránea. Igual que muchas, trabajaba pegada a la ventana del comer, buscando una “vista bonita” y buena luz. A veces me salía al pasillo para tener mejor señal o robarme la señal del vecino cuando se iba la mía”, Sandra De La Torre de Tresismo.

“Yo inicié en la cochera de mi casa haciendo arreglos florales” Ana Sol Carrera, fundadora de La Violetera.

“Comencé a trabajar como freelance desde que estaba en la Universidad hace casi 20 años, saliendo me fui a Barcelona a hacer un Master y regresando me hablaron del IEST-ANAHUAC, donde fui coordinadora de la Carrera de Diseño (yo era de la primera generación, “conejillo de indias”), eso hice durante dos años y al mismo tiempo seguía como freelance durmiendo de 2 a 3 horas diarias. Por salud decidí renunciar al trabajo de tiempo completo y comencé a trabajar como freelance en el estudio de mi casa, como era puerta de vidrio, todas mis hermanas y sobrinos se asomaban como si yo estuviera jugando, me gritaban: “qué haces”, “vente”, “ya está la comida”…y yo hablando con el cliente ¡moría de la pena! hasta que decidí salirme y poner el Estudio Lilián Féres. Hemos ido creciendo, actualmente cuento con 8 colaboradores y seguimos sumando talento al equipo, con Victoria147 espero hacer lo adecuado para tener una mejor organización y estructura para el crecimiento que estamos teniendo”. Lilián Féres Schekaibán, diseñadora gráfica y fundadora de Estudio Lilián Féres.

“Inicié alternando mi trabajo de tiempo completo con un sueño, estaba llena de frustración y aburrimiento, me di cuenta que no tenía el crecimiento que quería, así que empecé a crear Casa Sarape, tras experimentar con la elaboración de unos bancos con bordados mexicanos para mi cocina. Aproveché mis tiempos libres y otros me los hice, todo el tiempo que encontraba lo ocupé en desarrollar temas que me resultaban tan ajenos, llevaba para ese momento 11 años siendo abogada, así que definitivamente tenía mucho por aprender, fue experimentando y arriesgándome que inicié operaciones en diciembre de 2017, y a la fecha ¡ahí seguimos! Avanzando y con poco más de 2 años, pasamos de un sitio web a consolidar nuestro showroom, creando nuevas propuestas, ampliando el concepto, haciendo malabares con la planeación de mi boda, estrenándome como recién casada y estudiando el programa de Academia Victoria147, y bueno finalmente logré dar el salto para dedicarme exclusivamente a mi sueño hace 9 meses. Para mí es el espacio perfecto para desafiarme todos los días siendo yo misma, divertirme, llenarme de creatividad, crear fuentes de empleo y hacer algo por mi país, después de todo, era mi principal objetivo al estudiar Derecho y gracias a mi negocio creé un mecanismo que hoy lo hace posible y me hace inmensamente feliz”, Montserrat Paez, fundadora de Casa Sarape.